Franja fronteriza
Los bailes del norte de Tamaulipas
(polka, redova y chotís), aunque derivados de una serie de estilos de origen
polaco, escocés y checoslovaco, han sido asimilados por el pueblo que los
adoptó como propios y les ha dado mayor movimiento y alegría, vibrando en ellos
la personalidad y el carácter bravío y viril que se ve reflejado en el
zapateado ágil y fuerte de los bailadores, así como en la gracia y coquetería
de sus mujeres. Su música se ejecuta con el acordeón, bajo sexto, saxofón y
contrabajo, los cuales hacen que resulte inconfundible. La vestimenta del
folklore norteño femenino es confeccionada en tela de algodón a cuadros o
floreada; blusa y falda incluyen ornato a base de encajes, olanes y
pasalistones; y en la cabeza una larga trenza con listones o una mascada en el
color del vestido. En el caso de los varones se estila el pantalón vaquero en
color oscuro (tergal o mezclilla), camisa vaquera, paliacate o mascada, botín y
sombrero norteño de fieltro de color oscuro.1
Sierra de San Carlos y Llanos de San
Fernando
La música y baile típico de esta
región se conoce como “picota” y tiene su origen en la Villa de San Carlos,
enclavada en las serranías que sirvieron de refugio a los grupos indígenas que
huían de los colonizadores. La palabra picota significa “palo alto” o
“columna”, donde se exponía a la vergüenza pública a los reos al compás marcial
del tambor y clarinete. Al paso del tiempo el pueblo adopta esta música,
acoplándola a los ritmos alegres y movidos característicos de nuestro estado.
Los instrumentos que se utilizan para la ejecución de este género son el
clarinete y la tambora, mismos que bastan para despertar el gusto de los
bailadores.1
La danza que la acompaña tiene
reminiscencias mestizas. En la región, para anunciar la fiesta, los músicos
suben desde temprano a tocar al cerro y el sonido penetrante e intenso anuncia
a los habitantes que la fiesta va a principiar. Todos se sienten invitados. 2
En el caso de la vestimenta de esta
zona, se confecciona desde su inicio en tela de manta. La mujer lleva cuello
“v” y manga corta, con el largo de la falda hasta el tobillo; una banda en la
cintura que termina con un moño en la parte e atrás y aplicaciones sobre el
vestido que suelen ser de listones de color con grecas; asimismo, se estila una
larga trenza y flores blancas de Nacahua. Por su parte, el hombre lleva unos
cordones en la parte del cuello de la camisa y porta una banda en la cintura
del color del vestido de la mujer. Ambos pueden usar huaraches o bailar
descalzos.1
En la Huasteca tamaulipeca, como en
el resto de las Huastecas –Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro e
Hidalgo-, existe una música singular y representativa: el huapango, una
variedad del son. Es música para bailar, contar anécdotas, pedir aguinaldos en
Navidad, burlarse con humor y lanzar pullas a los enemigos. Es música para
bailar sobre una tarima de madera.
Dentro del amplio contenido en
huapangos con que cuenta nuestra región Huasteca existen sones característicos
para trovar en los que destaca la languidez del violín, y el acompasado ritmo
de la jarana y guitarra quinta, que integrándose a la entonada voz del
trovador, despierta la sensibilidad de quien lo escucha. Por su parte, los
trovadores huastecos nos subliman con la belleza de sus trovos y el léxico
característico de la región, haciendo gala, en la versificación de cada una de
sus décimas, de una maravillosa e inigualable capacidad poética innata. En esta
región varían las telas utilizadas para la confección del traje regional: el
traje tipo campero es de tela de algodón por ser el utilizado para la zona de
la costa; el traje ranchero es una combinación de tela de algodón cómoda para
el trabajo pero también lleva una chamarra de cuero para soportar las
inclemencias del tiempo; por último, el traje de gala es confeccionado en cuero
y se utiliza para asistir a eventos sociales.1
1 La música, el baile y la danza
folklórica en Tamaulipas. Rocha Juárez, Martha Martina. Conaculta-PACMYC-ITCA,
s/f, p. 18-44.
2 Tamaulipas. El perfil de un nuevo
siglo. Pariente Fragoso, José Luis y Navarro Leal, Marco Aurelio,
coordinadores. Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciudad Victoria, Tamaulipas,
2006, p.386-387.